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miércoles, 28 de julio de 2010

NIEBLA ROJA: VALHALLA RISING (2009)

“Al principio sólo existían el hombre y la naturaleza”. La niebla cubre todo. Las montañas de Escandinavia fortalecen el sentido de pertenencia del hombre para con la madre tierra. La idea de ser elemento y parte de un universo forjado para ser justificación de la violencia inherente en el ser humano. El miedo aparece. Se nota en la mirada de los hombres que deben soltar al más temible guerrero, al ser con el más desarrollado instinto asesino, al que vino del infierno. Paradójicamente, es un esclavo, un cautivo utilizado únicamente para pelear y dar ganancias al clan que lo tiene. La ira está en él. El rojo sangriento se impregna en sus sueños. El momento llegará y él estará preparado, listo y sin remordimientos. Sin piedad. Pero también tiene un salvador su alma. Un nexo con la vida, con el ser humano que yace dentro de él. Un niño que le da de comer será su compañero en la huída. Será la única alma que pueda salvar, la única que querrá salvar. El guerrero de un solo ojo venido del infierno encontrará el camino de su redención. Y tendrá que pagar el precio por recorrerlo.

Valhalla Rising es una película danesa del 2009, cuyo director es Nicolas Winding Refn, y que cuenta con la actuación principal de un gran Mads Mikkelsen (Arthur, Quantum of Solace, Clash of the Titans). Nos narra las peripecias de un guerrero llamado One-eye (un ojo) y un muchacho, a través de las montañas de Escandinavia, y su viaje, junto a un grupo de guerreros cruzados, hacia la tierra santa. Está dividida en seis capítulos que componen una ilación de sucesos y estados mentales y de ánimo. Va desde la ira hasta el sacrificio. Lo más impactante de la película es el personaje de Mads Mikkelsen. El imponente y atemorizante One-eye. Sobrio, natural, solemne –sin caer en la cursilería-, convierte a su personaje en una especie de nórdico ronin vengador quien, junto al niño sin nombre, viajará a través de las montañas danesas y aguas desconocidas. Imposible no compararlo con los personajes de Lone Wolf and The Cub.

El personaje, repito, es un esclavo usado como arma por parte del clan que lo posee. El niño, que lo alimenta, es su único enlace con el mundo y la vida. Un mundo que está cambiando. En el que los seguidores del “Cristo Blanco” avanzan cada vez más sobre el pueblo nórdico, llevando consigo sus cruces, creencias y costumbres. Algunas de ellas despreciadas por el mismo pueblo. “He oído que se comen a su propio Dios, comen su carne y beben su sangre. Abominable”. El miedo crece. “Nos quieren ver muertos”. La valentía del guerrero nórdico, cuyo código de honor era la violencia como purificadora del alma, es un valor obsoleto en el nuevo mundo cristiano. “El dinero es la única manera de tratar con ellos”. El miedo al otro, a lo que no se conoce, es una presencia por sí misma en la película. Se puede ver en los ojos de los miembros del clan el terror que causa la sola presencia del guerrero-esclavo. La película, vista desde este punto, es una crítica hacia los vicios del cristianismo.

La segunda gran presencia es la de la naturaleza: las montañas, los ríos, la niebla, el bosque. Son entidades en sí mismas. Personajes vivos que alimentan la película desde su contemplación, desde su veneración. Valhalla Rising es una película contemplativa también. Contemplativa al estilo oriental, naturalista, filosofando a través de las imágenes, planos largos, con pocos diálogos, pero inteligentes. Relaciona al hombre con la naturaleza, enviándonos imágenes como metáforas para entender lo que quiere el director. Ejemplos sobran: el viaje hacia la tierra santa, en el que la niebla y el mar son elementos importantes, muestran el miedo a la muerte y la locura; los sueños premonitorios en rojo de One-eye sobre la muerte y su suerte; la muerte que encuentra a un cruzado en el tope de una montaña siendo iluminado por la luz del sol rodeado por nubes blancas que parecen ser celestiales.

Valhalla Rising es una película diferente al estilo de las películas de vikingos clásicas. Películas como Conan (1982), Beowulf (2007), Pathfinder (2007) o Vikings (1958), sólo por citar algunas. Una película que, para variar, jamás veremos en las salas peruanas. Ojalá me equivoque.

Mike B-Side

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