Miedo. La base del comportamiento humano. Miedo a morir, miedo al otro, miedo a la diferencia, miedo a lo que no se conoce, miedo al dolor, miedo a nosotros mismos. El Miedo es el combustible de nuestra existencia. El miedo a la soledad, el miedo a la libertad, el miedo a ser uno mismo. De pronto ser uno mismo es ser abominable para el otro. Tal vez ser la diferencia es ser víctima, víctima que tiene miedo ser ella misma. Cuando los hombres desaparezcan, los animales reinarán. Cuando la bondad muera en el mundo, sólo el hombre verdadero será dueño de él. Miedo. El miedo atrae a la paranoia, el miedo alimenta la desconfianza, el miedo carcome y alimenta los sueños. Nosotros somos el miedo caminante.
THE ROAD (2006) es una novela de Cormac McCarthy, autor que tiene entre sus obras -las que por referencia se señalan como clásicos de la literatura estadounidense- otra bajo el nombre de NO COUNTRY FOR OLD MEN (2005). ¿Les suena el título? Lástima. No he podido leer ninguna obra de este, al parecer, gran escritor estadounidense, ganador del premio Pulitzer. Sin embargo, he visto las adaptaciones al cine de ambas. En el caso de este post, THE ROAD (2009), adaptación del director John Hillcoat, con Vigo Mortensen -gran performance- y Kodi Smit-McPhee -buen arranque-.
La historia es simple, directa y efectiva. Es simple por ser la historia de amor de un padre protegiendo a su hijo en un viaje a través de un mundo que se destruye poco a poco, un mundo en el que la vida parece ser lo último que adquiere valor y en donde el ser humano ha mostrado su verdadero rostro ante la desesperación. Directa porque a pesar de momentos de tensión propios de una hell-road-movie -¿existe esa categoría?- se mantiene una línea recta y afilada como un cuchillo que se incrusta en nosotros con cada momento de acción que se siente venir. Por último, efectiva porque no apela a los grandes despliegues de recursos técnicos, ni a los efectos especiales gigantescos y desnaturalizadores, las escenas de acción son pocas y crudas, lo que las hace impactantes.
El miedo es el primer y principal motor de los personajes en esta película. Es la primera columna, el primer sostén de THE ROAD. En ella se nos muestra el deterioro mental al que es sometido el ser humano al no poder superar una ituación adversa y desesperante (la escena de la casa con la familia que ha encerrado a su cena es muy buena); la angustia por no saber cómo proteger a un ser querido más allá de nuestras propias limitaciones y el valor para asumir una decisión extrema ante ese escenario (la escena en la que el Papa le enseña al hijo qué hacer si está próximo a ser atrapado); pero también nos muestra el valor de la humanidad presente en muy pocos personajes que se resisten a perder esa condición a pesar de la desesperanza y el miedo (el encuentro en el camino con un contundente Robert Duvall y con Guy Pierce).
Un párrafo para la segunda columna, el segundo sostén de la película. Vigo Mortensen tiene un papel diferente a los que tuvo por ejemplo en EASTERN PROMISES, A HISTORY OF VIOLENCE, sin mencionar su papel más conocido en THE LORD OF THE RINGS, en el que su presencia física y su fuerza era una constante. Aquí nos muestra a un personaje con una gran fuerza de espíritu que tiene su fuente de poder en su hijo para poder protegerlo a través de su viaje hacia el sur. Mortensen se nos muestra como un personaje con el miedo en la piel, la desesperación en las manos y la muerte en el pensamiento. Grande Vigo.
Película seca, directa, contundente, sin aspavientos, sin falsos momentos dulces, sin sobreactuaciones ni desproporciones en la historia. Película gris y conmovedora. En resumen, una gran película. Vayan a verla antes de que la saquen de cartelera.
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